Hace dos días estaba en clase de premilitar, y un suceso bastante gracioso, pero a la vez excitante ocurrió, Eva, una compañera de clases con senos bastante voluminosos estaba a mi lado y al cabo de unas cuantas ordenes de mando ella se estaba quejando, el entrenamiento en realidad no era muy fuerte, no para los hombres ni las mujeres comunes, pero, cabe recalcar que Eva no es la típica mujer que se cohíbe de decir lo que piensa para aparentar ser inocente, ella al contrario habla de temas que son considerados tabú, como lo es el hecho de que las mujeres vean pornografía, el punto es, que tras una media hora, aproximadamente, ella decía a voz fuerte y clara "¡me duelen las tetas!", y es que como ella misma mencionó, el tamaño de sus senos hacía que estos fueran victimas de los impasibles rebotes del trote y del nefasto calor de el típico "¡tenderse!" que todos odiamos (para los que no lo saben, esa voz de mando significa lanzarse al suelo, muy a pesar de que el sol del medio día no tenga piedad por el cemento y mucho menos este por nosotros... Menos por los hermosos senos de Eva). Tras la hora y media de trabajo físico ella no hacía nada mas que quejarse y masajearse sus voluminosos pechos, cosa que la mayoría de los hombres y una que otra mujer disfrutábamos.
Pero, ¿Cuál es la moraleja de esta historia de senos adoloridos? Si fuera un buen escritor probablemente haría una introducción a la moraleja en la cual comience hablando de temas variados sin relaciones para la persona común, pero que al final poseen un sentido universal, algo bastante complejo, pero gracias a que no soy uno de esos escritores talentosos, lo diré de una vez y sin rodeos, todo en exceso es malo, incluso esas cosas que aparentan ser lo mejor de este mundo terrenal, ¿o acaso me van a decir que las tetas no son la gloria? A fin de cuentas, eso que la hace tan atractiva, eso que complementa su bello rostro, esos enormes pechos, son para ella su infortunio, ya que no solo le afectan ahí, acciones simples como la de trotar se vuelven sumamente dolorosas y eso que solo posee dieciséis años, si el infortunio pasa por ella en los años venideros, puede que crezcan mas y así aumentar su dolor.
Comprendan, lo bueno, lo hermoso, incluso eso que parece no afectar a nadie es malo al excederse del límite que pone la sociedad, tu cuerpo o tu mente. Otro ejemplo, el cual conozco gracias a la cadena televisiva Discovery Channel es el del agua, ¿A quién afecta el agua? A nadie seria la suposición de la mayoría, pero eso es completamente falso. En estados unidos, una emisora de radio decidió regalar una Nintendo Wii, cuando esta estaba acabada de salir al mercado, una mujer, al escuchar esta noticia decidió concursar por ella para obsequiársela a su hijo, el concurso consistió en tomar agua, el que tomara mas agua ganaba. Llegó el día del concurso y ella acudió, cada quince minutos debía tomar agua y no podía ir al baño, tras largo y tendido concurso, la mujer sufrió una intoxicación por agua, la cual no es mas que una disolución del sodio en la sangre, esto afecta principalmente el cerebro y puede causar incluso la muerte, y efectivamente, la mujer no solo no ganó el concurso, sino que al llegar a su casa sufrió un fuerte dolor de cabeza y murió porque la presión en su cerebro era demasiado fuerte gracias al exceso de agua.
Con esto llegamos a dos conclusiones:
1.) El exeso, incluso de lo que parece prospero es malo.
2.) Las tetas de Eva están buenísimas.
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